sábado, 26 de mayo de 2012

Características principales del pensamiento educativo de Dewey


Cuando su nombramiento en Chicago, las ideas de Dewey ya habían empezado a cambiar y aceptaba los nuevos estilos de pensamiento que estaban en boga. Como reacción a la metafísica del idealismo absoluto, cada vez era mayor el movimiento de aceptación de doctrinas más empíricas y radicales. Las tesis de Darwin habían destronado al hombre de su lugar como centro del universo, a la par que antropólogos como Malinowski y Fraser mostraban cuán variadas y relativas eran las prácticas humanas, mientras que G. H. Mead hacía lo mismo en sociología. El nuevo estudio de la psicología empezaba a surgir a partir del examen de la naturaleza del hombre, de lo cual era un brillante exponente William James. Todo este creciente movimiento hacia el relativismo social requería de una teoría mosófica general, que fue proporcionada por el incisivo pensamiento de Charles Sanders Peirce (1839—1914), genio excéntrico y pro­fesor de la Universidad de Harvard. Peirce concentró su atención en el “acto”, o sea en las acciones o medios a través de los cuales los hombres consiguen sus propósitos. Desarrolló sus ideas en una tremenda obra que por desgracia sólo, logró recopilarse y publicarse póstumamente. También su filosofía es com­pleja, pero en líneas generales sostiene que el conocimiento sólo puede ser acerca de las consecuencias de las acciones. Para 1878 había formulado sus elaboraciones futuras en un dicho interesante, expresado con cierta tersura:

Biografía JOHN DEWEY


John Dewey (1859-1952) nació en la ciudad de Burlington, Estado de Ver­mont, en la región rural de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, el mismo año en que Carlos Darwin publicó su Origen de las especies y Carlos Marx la Crítica de la Economía Política. Vermont hace un siglo era aún en buena parte una sociedad de tipo fronterizo, cuya relativamente poca población se dedi­caba en lo básico a la agricultura. Incluso en las pequeñas ciudades provin­cianas había una estrecha conexión con la campiña, y las tareas cotidianas de la mayor parte de la gente la ponía en íntima relación con los procesos de producción basados en las actividades caseras; vida que contrastaba fuerte­mente con la de los grandes complejos urbanos que iban apareciendo en las regiones industriales del país. Este marco de sociedad  hogareña ejercería siempre fuerte influencia en Dewey, aunque quizá inconscientemente. A su tiempo, Dewey pasó de la escuela a la Universidad de Vhmont, que estaba a media manzana de su casa, donde estudió filosofía con el fin de obtener el grado de licenciado en Letras. Una vez graduado en Vermont trabajó brevemente en diversas cosas, de manera principal en la enseñanza, y luego se matriculó en la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, en el Estado de Maryland. Se trataba de un aspecto del todo nuevo en la educación norteamericana, porque la Universidad Johns Hopkins, fundada en 1874 a petición de un quákero del lugar, era del todo una escuela de postgrado, cuyo fin era sustituirse en foco de cultura superior en el propio Estados Unidos, en vez de que lo fuera Alemania, a donde debían acudir los americanos que buscaban grados y títulos más avanzados. La intención expresa del presidente de la fundación, Daniel Coit Gilman, fue incluir una “Facultad de Filosofía”; y hasta en este empleó el término alemán, que contrastaba con el usual en Norteamérica de Facultad de Artes. Tras su especialización en 1884, Dewey fue de las primeras personas que obtuvo el título del doctorado completamente en Norteamérica. También aquí sus estudios fueron de filosofía, que durante todo ese periodo estaba dominada por la escuela alemana de pensamiento.